Cambio en la capacidad zoonótica de los priones de EEB atípicas como resultado de su adaptación a la especie ovina

Por Marina Betancor:

La Encefalopatía Espongiforme Bovina Clásica (C-EEB) causó una fuerte crisis de seguridad alimentaria cuando fue identificada, a finales de los años noventa, como la causa de una nueva enfermedad priónica que afectaba al ser humano: la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vCJD). Hasta la fecha, la C-EEB es la única enfermedad priónica reconocida como zoonótica, es decir, con capacidad de transmitirse de los animales al ser humano.

A partir de este hecho y tras la implementación en el año 2001 del programa de vigilancia activa en la ganadería de la Unión Europea, se observaron casos de enfermedad priónica en bovinos asintomáticos durante las pruebas llevadas a cabo en mataderos. Se describieron dos variantes principales con patología, epidemiología y propiedades bioquímicas distintas de la C-EEB, que se identificaron como encefalopatías espongiformes bovinas atípicas: la L-BSE y la H-BSE. Hoy en día, no está claro si estas variantes atípicas de la EEB surgieron espontáneamente o como resultado de la exposición a otra encefalopatía espongiforme transmisible.

Además de las características comentadas anteriormente, otra propiedad en la que parecen diferir las encefalopatías espongiformes bovinas atípicas y la clásica es su potencial zoonótico. Algunos estudios en ratones transgénicos que sobreexpresan la PrP humana han demostrado que la L-EEB tiene un mayor potencial zoonótico que la EEB clásica, mientras que la H-BSE no ha podido ser transmitida con éxito a modelos transgénicos humanos.

Se conoce que la capacidad zoonótica de la EEB Clásica en ratones transgénicos que sobreexpresan la PrP humana aumenta tras su paso por ratones transgénicos que sobreexpresan la PrP ovina. Por lo tanto, otras especies animales que forman parte de la cadena alimentaria humana podrían jugar un papel importante en la capacidad zoonótica de las encefalopatías espongiformes bovinas atípicas. Así, un estudio profundo del potencial zoonótico de los priones atípicos de EEB debería incluir la evaluación de éste tras su adaptación a la secuencia de la PrP ovina.

Hasta ahora, el posible potencial zoonótico de las EEB atípicas después de su adaptación a la oveja se desconocía. Sin embargo, recientemente han sido publicados los resultados de un estudio en el que han participado miembros del equipo de REDPRION, cuyo objetivo consistía en evaluar la capacidad de los priones de las Encefalopatías Espongiformes Bovinas Atípicas de infectar ratones transgénicos humanos, tanto de manera directa como tras su adaptación a ratones transgénicos ovinos, para determinar si el paso intermedio en ovejas podría modificar la capacidad del prion de infectar al ser humano .

Al valorar la capacidad de las EEB atípicas de infectar de forma directa ratones transgénicos humanos, la L-BSE mostró un mayor potencial zoonótico en ratones con genotipo Metionina/Metionina que la EEB clásica, mientras que se observó que la variante Valina en el codón 129 actúa como mecanismo protector frente a estos priones incluso en heterocigosis. Por otro lado, la H-BSE no pudo ser transmitida a ninguno de los ratones independientemente de su genotipo.

Tras este primer estudio, se realizó la adaptación de las EEB de tipo H y L a ratones transgénicos que sobreexpresaban la PrP ovina, y posteriormente se transmitieron a ratones transgénicos humanos. Los priones atípicos de EEB mostraron una modificación en su capacidad zoonótica después de su adaptación a la PrP ovina, produciendo agentes capaces de infectar ratones humanizados de genotipo Metionina/Metionina y Valina/Valina, y que además presentaban características que los hacían indistinguibles de los priones de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob esporádica (sCJD). Estas similitudes entre los priones de sCJD y los priones atípicos adaptados a oveja propagados en ratón transgénico humano podrían sugerir un enlace entre ellos.

La premisa de que la sCJD es un trastorno espontáneo no relacionado con las enfermedades priónicas animales ya había sido cuestionada en estudios previos. Los resultados de este estudio indican que esa adaptación de las EEB atípicas al ovino podría modificar el agente priónico y conferirle la capacidad para infectar potencialmente a los humanos, mostrando características indistinguibles de los de los priones sCJD. Sin embargo, a día de hoy, no se ha establecido inequívocamente una causa o vínculo entre la exposición a los priones animales y la aparición posterior de sCJD en humanos. Se necesitarán actualizaciones de antiguas investigaciones epidemiológicas y un mayor estudio de las capacidades zoonóticas de los priones animales para reconsiderar todos estos resultados que implicarían una posible origen de la sCJD.  Aun así, este estudio amplía el número de agentes priónicos conocidos que se pueden transmitir en animales que expresan la PrP humana, y pone de manifiesto la necesidad de mantener la vigilancia activa en los mataderos y la prohibición del uso de harinas de origen animal para la producción de piensos.

Enlace al artículo: https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/26/6/18-1790_article